martes, 21 de febrero de 2017

MI PALABRA


Quisiera escribir y que mis palabras “digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas”. Cosa harto difícil, por no decir imposible, ya que mi ingenio es limitado, escaso.
Mi palabra es un reflejo nebuloso y daltoniano de la realidad nítidamente perfilada, luminosa, llena de colores, matices, sonidos y sensaciones que mi alma experimenta.
Mi palabra surge de la materia humilde y por humilde, reducida, oprimida por su origen e incapaz de levantar el vuelo hasta el espíritu, lastrada por la ignorancia.
Conocido el obstáculo que me impide expresarme con total libertad, intento hacer el dibujo fotográfico de lo que quiero decir, sabiendo de antemano que el resultado, lejos de salir como cuadro realista y hermoso, acabará siendo un lienzo abstracto e indeterminado,  posiblemente carente de belleza y por lo mismo de valor literario.
Confío que tú, amiga, amigo que lees lo que escribo, pongas con tu conocimiento y tu imaginación el mérito y la belleza que a mi palabra le falte para que podamos ver las cosas como realmente son y juntos podamos compartir su luz y su belleza sin que la torpeza de mi verbo las empañen. 
                                                                           José F. Álvarez

                                                           

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